Atrapada por la
luz
de una mirada
loca y delirante
de una sombra
que deambula frente a mí
más allá de la
noche que me cubre,
del abismo
tenebroso
hay un
rostro angelical que se cruza
no es
delirio, no es locura
es mi piel la
que ha sentido, sus caricias,
es mi alma la
que atrae.
ya no tiemblo ya no hay miedo,
no importa cuán
estrecho sea el portal,
cuán cargada de
castigos
la sentencia que
yo tenga que pagar,
ahora sé que la
sombra que me asecha a cada instante
es la sombra de
un amor inmaterial
que está más
allá de la muerte
es la sombra que
yo sé
que podrá
desatar el alma mía
sometida a los
golpes del destino, pero erguida
esta sombra que
me asecha, me ha tomado prisionera
porque sabe y
porque intuye
que solo
soy un puñado de polvo y ceniza de amor
y porque sabe que más allá de este lugar
se las lágrimas
soy la dueña del
destino de mis velas.
<Asoreth
<Asoreth
No hay umbral en el camino cuando el amor nos acompaña a todas partes...
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