del hoy y del mañana de tu universo.
Lo sé… porque ella… ese Mito del que te hablé ayer
la anaconda de la selva, Magdalena Aranda me lo dijo
dijo que tú y yo fuimos edificados
antes de nuestro nacimiento.
Dijo que mi corazón quedará temblando
entre mágicos espamos de apetencia
cuando al fin me vea reflejada en tus pupilas.
Y el agua de tu río quedará vencida ante el encanto de este mar
que el velero encallará por siempre en este puerto.
Que no habrá puente que permita tu regreso.
Dices que no quieres beber
dèl amargo licor de una despedida
que ahora ni la luna te embauca
ni te embarca con su casquivano sonrisa en su mágico navío
Que no te entregaras a las musas
ni a la sutil caricia del viento.
Ni a la sonata de la lira.
Amor no quiero eso, ye quiero verte libre, como el viento
Entregado a las musas
bañándolas de ternura con tus versos
Te quiero libre como un huracán impetuoso,
No te quiero encadenado a mi delirio
Amor toma tu libertad y escapa de este tormento
Porque el que ama no corta sus alas .
Amor…vuela como el Ánsar Indio, no te detengas
Y si no vuelves… mi amor por ti nunca cambiará,
porque también él lleva el sello indeleble de tus besos