Era bígamo, estaba casado con la
poesía y el mar
y sin embargo, me esperaba
era mi estro, el que me hizo soñar
despierta
el que con una aguja impregnada de dolor
unió mis alas
en la noche más obscura de mi tristeza extrema.
Y que me decía que sentía tanto
que él solo era la voz del viento,
el murmullo de los astros,
la proyección de luz,
desde el vientre de su madre
la proyección de luz,
desde el vientre de su madre
era quien me dio un aliento de vida,
cuando ya ni eso tenía
y yo
su musa
la que le inspiraba,
la que le inspiraba,
el dijo que por siempre me esperaba
que en mi ausencia
tras los cristales languidecían las sombras
y se deslizaban,
cual artesanos ciegos
esculpiendo soledades,
esculpiendo soledades,
si supiera cuan hondo calaban sus palabras
porque aun que tarde para mí,
ellas tocaban las fibras más internas de
mis ser
cómo me dolía el alma de pensar en ello
se me desgarraba,
y él decía que me esperaba
con los ojos y las palma hacia el cielo
y yo, simplemente no podía hacer nada.
sé que si por su mente pasara la razón de
mi tristeza
entregaría al cielo su alma por mi vida
decía que me esperaba,
mientras las guindas de sus leños se
consumían
qué tristeza y que dolor del alma
porque era mi estro,
y él era
el que para hacer mis versos me inspiraba.
Asoreth
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