En mi memoria
quedó grabado aquel día
de pie en el vestíbulo, cuando mis ojos
pudieron contemplarte por vez primera,
con la emoción palpitante
puede ver en tu rostro
tu exquisita sonrisa,
y tu mirada profunda
con un alma de niño
entonces ya, por mí deseada y amada,
no pudimos contener la alegría,
unidos en aquel abrazo,
que no hubiera querido que acabe nunca,
que no hubiera querido que acabe nunca,
abrazo que construyó
el puente como salvoconducto libre
con destino a mi amada "utopía"
ni las manos del tiempo
podrán atentar con el recuerdo
que quedó por siempre impregnado,
en mi memoria, de aquel día.
Asoreth